El debate que se inició el lunes contra Juan Carlos Brellis, acusado del intento de homicidio de Miguel Ángel Romero, culminó ayer con los alegatos. La Fiscalía y la querella coincidieron en que Brellis reciba una pena de 5 años y 8 meses de cárcel. El defensor pidió la absolución.
Carlos Riera
La materialidad del hecho y la autoría están fuera de discusión. La Justicia solo tratará de determinar si la agresión de Brellis a Romero estuvo fundada en la legítima defensa o si hubo una premeditación para intentar quitarle la vida al hombre que estuvo al borde de la muerte.
En la última audiencia, las partes expusieron sus fundamentos para pedir una pena de prisión efectiva y por el lado de la defensa la absolución. El fiscal Lisandro Beherán, acompañado de la fiscal Martina Cedrés, intentó demostrar la intencionalidad que tuvo Brellis para cometer un hecho que no llegó a materializarse solamente por cuestiones ajenas.
La herida que recibió Romero fue en la parte izquierda del cuello y el cuchillo de mango de madera llegó a lesionar hasta la base de la lengua. Esta lesión puso en riesgo la vida de la víctima, que se salvó debido a que fue atendido a tiempo en el hospital Centenario gracias a que en ese momento había un especialista. “Estuve a dos minutos de la muerte”, confesó Brellis a ElDía a la salida de Tribunales.
Beherán hizo hincapié en la intencionalidad porque Brellis tenía conocimiento que ese tipo de agresión podía acarrearle la muerte. “Fue un hecho llevado a cabo con dolo eventual, lo cual es hábil para configurar la tentativa de homicidio”, agregó en una clara estrategia de adelantarse al defensor que iba a alegar una legítima defensa. Además, diferenció el lugar donde fue lesionada la víctima, que lo aleja de una imputación por lesiones graves, lo cual podría llegar a discutirse si Brellis hubiera clavado el puñal en otra parte del cuerpo que no arriesgara la vida de Romero.
Por otra parte, Beherán cuestionó la hipótesis de que actuó en defensa propia, porque ello requiere de una agresión ilegítima, “lo cual queda desestimado con la declaración de dos testigos que dijeron que Romero se acercó al auto a dialogar”. “Además hay pruebas de que Brellis agredió verbalmente a Romero y es muy posible que cuando la víctima se acercó al auto, Brellis ya tenía en su mano el cuchillo”, fundamentó.
Por último cuestionó la declaración de la novia de Brellis – ex mujer de Romero – que salió en favor del imputado por su presente relación sentimental. “Ella dijo que nunca vio el cuchillo, ni antes, ni durante ni después del hecho”, enfatizó ironizando el testimonio.
El querellante, Alfredo Vitale, adhirió en todo a los dichos del Ministerio Público Fiscal y recalcó que en este episodio hubo dolo eventual. “La herida infligida fue en un lugar vulnerable”, manifestó, y recordó que su cliente todavía tiene operaciones futuras a realizarse producto de las secuelas.
“La muerte era latente”, dijo Vitale aludiendo a las palabras del médico forense Mauricio Godoy, y señaló que durante todo el juicio de tres días, Brellis no mostró arrepentimiento y que “nada lo ha conmovido, no ha hecho ni una mueca”.
“Estamos ante una tentativa y eso se demuestra porque Brellis hizo todo lo que estaba a su alcance para matar y si no lo logró fue por causas ajenas. Incluso trató de asestarle otra puñalada. Brellis fue el que provocó, hubo testigos que lo escucharon insultar a Romero”, alegó.
Por último le tocó el turno a la defensa. Pablo Ronconi, representante del imputado, indicó que a Brellis se lo quiere hacer responsable de cuestiones que le fueron inevitables. Desprestigió el testimonio de un testigo, el mismo que tras los hechos le había relatado a ElDía como sucedió todo, debido a una discrepancia entre lo que el hombre le habría dicho a la Policía, a la Fiscal y a ElDía, con respecto a lo que manifestó en la audiencia, sobre si Romero había introducido el torso del cuerpo en el auto para pelear con Brellis.
Destacó que el imputado no ocultó el auto ni el arma y que tampoco se fugó. “Analizando los hechos que se dan en la legítima defensa, lo que ocurrió fue una reacción de Brellis de proteger su integridad y la de su pareja. Romero es una persona de casi 100 kilos, de 1,80 metros de altura y que arremete como un toro”, comentó.
“Brellis echó mano al único elemento que tenía a su alcance para defenderse y sacar a romero de adentro del auto”, finalizó Ronconi mientras pedía la absolución. Tras escuchar a todas las partes, la presidenta del Tribunal Alicia Vivian dispuso para el miércoles 20 la lectura del veredicto y una semana después los fundamentos de la sentencia.
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